martes, 15 de noviembre de 2011

Lluvia de Otoño..,

Aquella mañana ya se había levantado con los pies fríos y las manos congeladas...
Ahora tenía los pies mojados, pues el agua se habia filtrado en sus botas, las manos como un cristal frágil que se rompe al rozarlo, su cara estaba roja por el frío y la congestión nasal la obligaba a respirar por la boca, dejando que la humedad entrara por su garganta , subiendo hasta dejarle con la mente fría.
Quería irse a casa odiaba los dias de lluvia, estar mojada y sentir la necesidad de caminar sujetando un paraguas. Estaba a punto de irse a casa, cuando de repente vio a una pequeña niña disfrutando, saltando de charco en charco con sus botas de agua y su chubasquero amarillo.
Se quedó allí observando tal felicidad, pureza que nunca había sentido en un día gris y frio como aquel.
Empezó a observar a su alrededor, más allá de aquella imagen de felicidad. Los campos eran más verdes cada vez, por las hojas de los árboles se desplazaban gotitas de agua, sin complejo alguno, pues sabían todas que de algún modo volverían a subir y reencontrarse. Los animales se escondían en sus casas en familia, cuidándose unos a otros, a la espera de que cesara aquella molesta situación, que les mojaba y les hacía perder todo su calor.
No muy lejos de allí se veía la ciudad, que a simple vista parecía triste y deshabitada, pero que si te fijabas un poco más veias lo que ocurría en cada casa de aquel lugar..
Las luces encendidas y las chimeneas que intentaban dar calor, también proporcionaban a la ciudad un color cálido, acogedor y feliz, que te invitaba a estar con la familia y a apartarse completamente de esa vista desanimada del mundo.
Todo aquello había entrado es su cabeza, ya no recordaba que tenía los pies mojados, ni que sentía frío, aún llevando encima tres capas de ropa, ahora solo quería presenciar aquel maravilloso momento que se presentaba ante ella así que..
dejo caer su paraguas y miró al cielo, cerró los ojos y se relajó intentado oir solo el maravilloso sonido de la lluvia caer, dejando que las gotitas descendieran hasta su cara, frías y rápidas se deslizaban por su rostro hasta caer en su cuello, donde eran absorbidas por su bufanda.
Y tras aquel descubrimiento, tras observar que había algo más ahí a parte de un día gris... abrió su paraguas y se decidió a poner rumbo hacia su casa, saltando de charco en charco, pues ya no le impor taba mojarse, sino descubrir lo perfecto que podía ser aquel paisaje.

MUCHAS VECES UN TONO GRIS  PUEDE PARECERNOS TRISTE,
MIRA EN EL INTERIOR, AUNQUE EL EXTERIOR SEA GRIS, FRÍO Y DESOLADO EN EL INTERIOR SIEMPRE HAY UN MUNDO NUEVO POR DESCUBRIR..
INTÉNTALO <3

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